Brillo de luna, ecos de mar.
Una mano sobre el hombro,
consuelo anhelado de lágrimas
que nunca se debieron llorar.
Una caricia en el rostro
secando restos de humedad.
Una mirada que invita,
y ya no querer evitar
por respetar a un impío
al que es mejor olvidar.
Una boca que se acerca
y el momento de abdicar.
Abdicar y redimir.
Redimirnos y gozar.
Bajar la guardia.
Sucumbir.
Entregarse sin pensar.
Sentir la sangre hervir,
hasta estallar.
Ecos de mar y suspiros,
Brillo de luna y sudor
Las manos buscando el camino,
la piel disfrutando el calor.
El llegar de la dulce calma
tras la pasión y tempestad.
Sudor y brillo de luna
Suspiros y ecos de mar.
Analía Germano
27/2/11








1 comentarios:
que lindo Anie! me gusta mucho tu capacidad de rinar. Parami, una tarea imposible.
precioso!
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