Más allá del beso de las buenas noches, en los confines del aquí y el ahora, cuando te quedas dormido, cuando ya no puedes oírme, vuelvo a susurrar que te amo.
Acaricio suavemente tu espalda para no despertarte, te cuento cosas que no suelo decirte, quito el candado que encierra mis miedos, desencadeno mi alma y le permito, por fin, mostrar esa vulnerabilidad que me provoca amarte tanto,tanto, tanto.







