Me quedé largo rato leyendo lo que la gente decía de si misma, no importa donde ni cuando, pero leí y leí hasta que me ardieron los ojos. Luego me retiré tan calladamente como había llegado y me senté bajo las estrellas a reflexionar. Que bagaje de imperfecciones llevo sobre mi espalda, a diferencia de todos, estoy lejos, infinitamente lejos de ser perfecta.
Leí gente que decía que jamás le fallaría a nadie, que nunca había mentido, que tenía claro lo que quería, que se sentía segura de si misma, que decía las cosas como eran, que ponía a Dios delante de todo, que era incapaz de herir a otra persona, que nunca se metía en la vida de otros y mucho menos para criticar, que no les gustaban los chismes…… leí tantas, tantas, tantas otras formas mas de reflejar su perfección ante los ojos maravillados de leer tanta belleza y mi mirada culpable por no poder ser ni medianamente perfecta ni parecerme en algo a esas personas que se auto alaban, con todo derecho claro, porque son puras como el aire de la mañana.
La verdad es que a mis 41 años, se bien lo que hacer o decir para agradar a los demás, de hecho, podría perfectamente unirme al grupo de los intachables y brillar con ellos, pero claro, para eso tendría que dejar de ser quien soy y allí es donde comienzo a fallar porque con defectos y todo, soy como soy y no quisiera usar una mascara que tarde o temprano va a caer y dejará al descubierto mis mas horrendas miserias.
Yo si he mentido y si tenía motivos o no, no cuenta mucho, es mentira al fin.
He llorado de rabia y he mandado al diablo hasta al mismo Dios.
He dudado de mí un millón de veces.
He bajado los brazos.
He tenido celos hasta del aire.
Insulté, pegué, grité.
Traicioné y pedí perdón, pero alguna vez no pude perdonar a quien me traicionó.
Sentí rencor, busque venganza, la disfruté.
Dije creer lo que me decían y por atrás pensar no te creo nada.
He jurado en vano, he prometido y no cumplido.
He dicho “todo esta bien”, mientras por dentro pensaba que todo estaba mal.
Me he obsesionado.
Me he victimizado.
Me he humillado, he rogado y doblegado.
He ocultado mil lágrimas y he fingido otras.
Me he fallado borrando con el codo las promesas que escribí con mi mano.
Amé y lloré, no amé y lloraron.
Oculté, no callé, callé.
Desobedecí.
Dije quererme, dije saber, dije poder, sabiendo que ni me quería ni sabía ni podía.
He sido vanidosa, me han gustado los halagos, los he buscado a sabiendas.
Me he vuelto loca.
He pre juzgado y juzgado desde mi ignorancia o mi arrogancia.
He querido escaparle a la vida…..más de una vez. He sido egoísta y egocéntrica.
He sentido hambre, he sentido miedo, he sentido odio.
Puse energías donde no debía y fracasé donde debía luchar….tantas veces.
La verdad que no puedo negar mis imperfecciones, aun cuando cada una de ellas haya traído una enseñanza, aun cuando hayan quedado atrás, forman parte de mi.
Mis imperfecciones, mis errores, mis fracasos, me hacen ser quien soy, junto con las buenas cosas que sé que tengo. Al final del día, cuando pongo en la balanza lo bueno y lo malo que hay en mi, puedo dormir tranquila, porque he aprendido a conocerme y a aceptarme. Y he dado mi alma entera por los amigos, por el amor, por mis hijos, por más fallada e imperfecta que haya llegado a esta vida.
No vendo espejitos de colores, no me miro en espejos inventados. Soy simplemente Analía, un ser humano, con todo lo que eso implica.
Y quien esté libre de pecados, que vaya buscando piedras para lanzarme, mientras tanto voy a correr a esconderme, porque ante tanta perfección que leí, la avalancha va a ser grande……. Olvidé decir, también he sido irónica.
lunes, 16 de febrero de 2009
Demasiado Imperfecta (Verdad)
Tweet Publicado por Analía Phoenix en 8:14 16 comentarios
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